Análisis de Post Trauma: Terror psicológico indie con luces y sombras
Por [jOHNX]
Post Trauma es un título de terror psicológico con mecánicas de survival horror, desarrollado por el estudio independiente Red Soul Games y distribuido por Raw Fury. Disponible para PC, PlayStation 5 y Xbox Series, este juego busca rendir homenaje a clásicos del género como Silent Hill y Resident Evil, mientras intenta trazar su propio camino dentro de la escena indie. En este artículo lo analizamos en profundidad, en dos partes: primero, sin spoilers; y luego, con spoilers para quienes ya lo jugaron o no temen conocer detalles clave.
Primera parte – Sin spoilers
Una propuesta ambiciosa, con limitaciones esperables

Lo primero que hay que tener en cuenta es que Post Trauma es un juego independiente desarrollado por un equipo muy reducido. No estamos ante una superproducción de estudios como Capcom o Konami, y eso se nota en varios aspectos. Sin embargo, también hay decisiones artísticas interesantes y un trabajo técnico que merece reconocimiento, especialmente considerando los recursos disponibles.
Aciertos destacados

La ambientación es uno de los puntos más fuertes del juego. Los escenarios están bien diseñados y logran transmitir la atmósfera opresiva que exige una historia de terror psicológico. Las cámaras fijas, en lugar de usar la clásica cámara al hombro, le aportan un aire cinematográfico que remite directamente a los survival horror clásicos.
La música, compuesta por Nicolás Gasparini, tiene matices propios y reminiscencias de Silent Hill. Aunque algunos temas no terminan de convencer del todo, en general acompañan adecuadamente la narrativa y refuerzan la inmersión del jugador.
Un protagonista interesante pero con poca alma
El protagonista, Roman, está inspirado físicamente en el actor japonés Togo Igawa. Su diseño es coherente con la estética general del juego, aunque su actuación vocal carece de emoción y profundidad. Esto dificulta la empatía con su personaje, algo esencial en una historia tan íntima y centrada en el trauma personal.
En cambio, los personajes secundarios logran transmitir más carga emocional, aunque algunos no están del todo desarrollados o se presentan de forma abrupta.
Jugabilidad: entre los puzzles y un combate innecesario
Post Trauma se centra principalmente en la resolución de puzzles, más que en el combate. De hecho, el sistema de pelea es tosco, impreciso y, por momentos, hasta prescindible. En este sentido, el combate parece estar incluido más por compromiso con el género que por convicción de diseño.
Algunos puzzles están bien logrados, mientras que otros carecen de lógica o señales claras de interacción. Por ejemplo, hay secciones donde el jugador puede perder mucho tiempo sin saber que está frente a un puzzle.
Falencias notorias
El juego sufre problemas de optimización, incluso en equipos que corren sin dificultad títulos como Resident Evil 4 Remake o Silent Hill 2 Remake. También se notan errores de diseño de interfaz, como textos que desaparecen sin que el jugador los haya terminado de leer, o la ausencia de un mapa funcional en un juego que promueve la exploración.
Otra decisión cuestionable es la inclusión de una sección en primera persona que rompe abruptamente el ritmo y no aporta nada sustancial a la narrativa.
Segunda parte – Con spoilers
Un purgatorio psicológico que se desinfla
A lo largo del juego, el jugador controla a Roman, un maquinista de tren que, tras un intento de suicidio, arrastra consigo a varias personas hacia una especie de purgatorio. La historia se va desvelando lentamente —quizás demasiado— y sólo hacia el final el jugador puede atar todos los cabos.
La narrativa es uno de los puntos más flojos. En lugar de ir construyéndose de manera progresiva, toda la información relevante se concentra en los minutos finales, lo que genera desconexión y falta de interés durante buena parte del recorrido.
Personajes sin peso y decisiones sin impacto
El personaje de Shill (una figura femenina con apariencia de araña) representa a una de las víctimas del accidente ferroviario causado por Roman. El jugador puede decidir matarla o no, lo que influye mínimamente en el final. Estas decisiones tienen poco peso real y no logran generar una tensión emocional significativa.
Freya, otro personaje clave, carga con la culpa de no haber hablado cuando su amiga sufría bullying. Si bien la representación del trauma infantil es válida, la idea de que este tipo de culpa merezca una condena simbólica al purgatorio resulta forzada y poco creíble.
Puzzles irregulares y narrativa innecesariamente enrevesada
Como se mencionó anteriormente, los puzzles varían en calidad. Algunos, como el del "basket", carecen de indicaciones claras y pueden frustrar al jugador sin necesidad. Además, la historia intenta ser más compleja de lo que debería, con simbolismos que no siempre están bien desarrollados.
El intento de profundizar en el trauma de cada personaje no se acompaña de una escritura sólida. La narrativa carece de ritmo y de una progresión emocional efectiva. Los desarrolladores, si bien talentosos en diseño visual y sonoro, podrían beneficiarse enormemente de colaborar con escritores experimentados.
Conclusión
Post Trauma es un juego digno. Es una muestra clara del amor de su creador por el género, y de que todavía hay espacio en el mercado para propuestas arriesgadas y autorales. No obstante, es también un ejemplo de los límites del desarrollo independiente cuando se intenta abarcar demasiado.
Sus mayores virtudes están en el diseño de niveles, la ambientación y el respeto por los clásicos. Sus mayores falencias: el combate, la narrativa fragmentada, y algunas decisiones de diseño poco afortunadas.
Para los fanáticos del terror psicológico, especialmente aquellos con paciencia para explorar y resolver acertijos, Post Trauma puede ser una experiencia interesante. Pero quienes buscan una historia bien narrada y una jugabilidad pulida, tal vez salgan decepcionados.
¿Vale la pena jugarlo? Sí, especialmente si uno valora el esfuerzo del desarrollo indie y puede tolerar sus tropiezos. Pero como todo primer paso, tiene lecciones importantes para el futuro. Y ojalá haya futuro, porque talento hay.
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